Texto: Roberto Cortez

 

Deer es una banda de electro rock mexicana radicada en Hong Kong integrada por Adriana Falcón (voz, guitarra) y Miguel Bastids (sintetizadores, guitarra). Mezcla sonidos industriales, con un poco de trip rock.

En 2018, Deer publica su primer EP titulado Portraits; para 2019 dieron a conocer su álbum debut There’s No Future. En junio pasado presentó su EP más reciente Man In A Cage, en el que experimentaron con sonidos acústicos.

En este EP todos los tracks tienen por común denominador, el dilema de la frustración desde diversas ópticas. Las canciones son más personales y pese al contexto de su origen, fueron una válvula de escape y esperanza en esta época de confinamiento por la emergencia sanitaria. El pasado 11 de julio, Deer presentó una sesión que contó con un performance Shibari, (técnica de erotismo oriental a base de ataduras) como una propuesta que el cineasta The Hong Kong Fixer, quién ha dirigido gran parte del grupo.

Lego de conocer a la artista Shibari, Rika Avaem, al ver que esta técnica mostraba una intimidad inigualable, así como una escultura viviente expuesta, ese trabajo los inspiró a darle sonido y acompañarlos en una sesión. Deer interpretó cuatro temas de «There’s No Future» mientras Rika elaboró una sesión de Shibari con la modelo oriental Ashley, espectáculo difundido a través de la cuenta de Facebook Comal MX.

Todos se encuentran en un amplio pasillo. Los temas interpretados son «There’s No Future», «Wailing Wood», «Bitting A Spectrum» y «Dead Souls».

Shibari es literalmente traducido del japonés como un sustantivo, atado/atadura. La palabra no tiene ninguna connotación erótica; sin embargo, algunos señalan que se ha popularizado por el mal uso del japonés, ya que en realidad algunos practicantes designan el arte de la atadura erótica como Kinbaku, su sinónimo, pero con carga sexual.

El Shibari es utilizado para mostrar un lado distinto, más profundo de las canciones, pero no como nuevas versiones sino como parte de un universo donde la acción artística y la música convergen.

Dicha práctica ha llamado la atención de occidente por su carga visual, las posiciones y los amarres, donde se asemejan a esculturas asimétricas y las cuerdas se convierten en una extensión de las manos.

Para Rika Avaem, artista Shibari de origen hongkongés, “culturas como Japón o China no tenían como normalidad el contacto físico y por lo tanto buscaban formas de extenderlo a través de objetos”. Las cuerdas se volvieron el mejor medio y para ella, al realizar una sesión, la conexión que tenía con cada persona era muy distinta, pues la fuerza que se generaba con las ataduras variaba en cada persona.

Al final de cuentas se trata de disfrutar, de una manera consensuada y artística, tanto de la sexualidad como de la música. Sigan al grupo en sus redes sociales como Deer mx, a ver qué les parece. Hasta poco.