El pánico es un tipo de trastorno de ansiedad, en el que la ansiedad se manifiesta en forma de ataques. Los síntomas son muy intensos, pero de corta duración y recurrentes
Los ataques de pánico generalmente se acumulan gradualmente hacia un clímax, con sentimientos de intensa inquietud e incomodidad. Esta condición suele durar unos minutos antes de desaparecer. Otros síntomas típicos durante un ataque de pánico son: palpitaciones, sudoración, mareos, dificultad para respirar e hiperventilación.
La experiencia es particularmente aterradora las primeras veces que ocurre. La víctima tiene miedo de desmayarse, sufrir un infarto o morir. El trastorno de pánico puede ocurrir como un evento único, o puede convertirse en un problema recurrente.
Sufrir de ataques de pánico
Los problemas secundarios que resultan de los ataques de pánico, son la preocupación y el temor de que el ataque vuelva a ocurrir. Muchos comienzan comprobando el comportamiento, en el que incluso los pequeños cambios en el cuerpo reciben mucha atención, y se interpretan como señales de que se avecina otro ataque de pánico. Además, a uno le preocupa verse afectado por una enfermedad grave. No es raro que las personas con trastorno de pánico, visiten repetidamente a un médico para un chequeo, y que les digan que no encuentra nada malo físicamente.
Consecuencias del trastorno de pánico
Con el trastorno de pánico, la necesidad de tener el control se vuelve grande. Ser capaz de asistir, y tener acceso rápido a la ayuda médica, se vuelve psicológicamente importante. Como parte de esto, es común evitar los espacios públicos, y otros lugares donde se encuentran muchas personas. Las personas con trastorno de pánico, a menudo evitan el transporte público por miedo a no poder escapar si se produce un ataque. Muchos también dejan de conducir por la misma razón. Estar en situaciones en las que se tiene responsabilidad o se tiene que actuar, es generalmente algo que desea evitar. Por lo general, también se teme que los ataques de pánico se vuelvan tan abrumadores, que se pueda volver uno loco, o pierda el control de su propio equilibrio, pero en realidad esto rara vez o nunca sucede.
El aislamiento social, la depresión, los problemas para dormir, y el apetito alterado, son otros problemas que pueden surgir como resultado de los ataques de pánico.
Si usted sufre de este padecimiento no se espante, infórmese sobre el problema para disminuir el miedo y acuda a psicoterapia.
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